
El tecnoestrés es uno de los riesgos psicosociales emergentes más extendidos en el entorno laboral actual. La presión constante por estar conectados, responder correos fuera de horario y adaptarse a múltiples plataformas tecnológicas puede provocar fatiga, ansiedad y una pérdida de bienestar que impacta directamente en la salud laboral.
Este fenómeno se define como un estado psicológico negativo relacionado con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), o incluso con la expectativa de tener que utilizarlas, que aparece cuando la persona percibe un desajuste entre las demandas del entorno digital y los recursos disponibles para afrontarlas (Salanova, 2003, en NTP 730 del INSST).
En un contexto donde la digitalización avanza a gran velocidad, la prevención del tecnoestrés debe ser una prioridad en las políticas de salud laboral de cualquier organización. Establecer medidas como el protocolo de desconexión digital no es solo una recomendación: es una obligación legal.
Un riesgo laboral que no debe pasar desapercibido
El tecnoestrés hace referencia al estrés derivado del uso continuado y excesivo de las tecnologías digitales. Lejos de ser un mal menor, está asociado a consecuencias como irritabilidad, insomnio, dificultad de concentración y deterioro del clima laboral. Puede adoptar distintas formas, como la tecnoansiedad (miedo o tensión ante el uso de herramientas digitales), la tecnofatiga (agotamiento cognitivo por la sobreexposición a información) o incluso la tecnoadicción (uso compulsivo y constante de dispositivos, también fuera del horario laboral).
Como cualquier riesgo psicosocial, debe estar contemplado en la evaluación de riesgos laborales y abordado desde una estrategia preventiva.
El protocolo de desconexión digital: una obligación legal
Desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica 3/2018, las empresas están obligadas a garantizar el derecho a la desconexión digital de sus personas trabajadoras. Esto implica implantar un protocolo claro que limite las comunicaciones fuera del horario laboral y favorezca el descanso real.
No cumplir con esta obligación no solo aumenta el riesgo de tecnoestrés, sino que también puede derivar en sanciones y conflictos laborales.
Medidas preventivas para combatir el tecnoestrés
Desde OTP recomendamos a las organizaciones incorporar medidas concretas que prevengan el impacto del tecnoestrés en la plantilla:
- Diseñar un protocolo de desconexión digital realista y consensuado.
- Formar en el uso saludable de las TIC, promoviendo un consumo responsable.
- Simplificar los canales de comunicación para evitar la sobrecarga digital.
- Fomentar pausas activas y descansos regulares durante la jornada.
- Evaluar periódicamente los riesgos psicosociales, con foco en la carga digital.
- Promover un liderazgo empático y flexible, que respete los tiempos de descanso.
Tecnología con sentido: prevención y salud laboral
La digitalización debe ser una herramienta al servicio de las personas, no una fuente de presión constante. En OTP trabajamos para que las empresas avancen hacia modelos más humanos, sostenibles y saludables.
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Impulsamos la prevención de riesgos laborales y ayudamos a fomentar el bienestar, la seguridad y salud de las personas en las organizaciones. #PRL #SST