
En prevención de riesgos laborales, los procedimientos no fallan por su diseño, sino por la actitud con la que se aplican. Y en ese punto crítico, los mandos intermedios tienen un papel determinante. Son quienes gestionan los equipos, canalizan la comunicación entre dirección y personas trabajadoras, y toman decisiones operativas a diario. Pero también son, con frecuencia, quienes priorizan objetivos productivos sobre la seguridad, muchas veces por presión, desconocimiento o falta de implicación real.
Integrar la seguridad laboral en la práctica diaria de la empresa exige algo más que cumplir la norma: requiere compromiso. Y ese compromiso empieza por quienes tienen la capacidad de reforzar —o debilitar— la cultura preventiva desde el terreno.
El papel clave de los mandos intermedios
Los mandos intermedios no son responsables legales de la prevención, pero sí son los garantes prácticos de su ejecución. De ellos depende en gran medida:
- Que se realicen los controles previstos.
- Que se cumplan los procedimientos establecidos.
- Que se identifiquen y comuniquen los riesgos reales.
- Que las personas trabajadoras sientan respaldo en su derecho a trabajar con seguridad.
Cuando no hay una implicación activa, los riesgos tienden a normalizarse, y se transmite una idea peligrosa: que “producir es más importante que prevenir”. Esta mentalidad no solo va contra la ley, sino contra la sostenibilidad de la propia empresa.
La Ley 31/1995 y el deber de protección
Según el artículo 14 de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, el empresario debe garantizar la seguridad y la salud de las personas trabajadoras en todos los aspectos relacionados con el trabajo. Esto incluye la supervisión efectiva del cumplimiento de las medidas preventivas, en todos los niveles de la organización.
Si los mandos intermedios no aplican, no supervisan o no permiten que se apliquen dichas medidas por dar prioridad a la producción, se genera un incumplimiento indirecto de las obligaciones empresariales, que puede derivar en sanciones, daños personales y pérdida de confianza interna.
¿Cómo lograr su implicación real?
Desde OTP trabajamos con empresas de todos los sectores, y sabemos que la clave está en formar, sensibilizar y alinear a los mandos con la estrategia preventiva. Esto implica:
- Formación específica para mandos intermedios, no solo en normativa, sino en liderazgo preventivo.
- Integración de la PRL en los indicadores de desempeño, para que la prevención sea parte del éxito, no un obstáculo.
- Visibilizar las consecuencias reales de no actuar, incluyendo los costes humanos, legales y reputacionales.
- Dar herramientas para liderar con seguridad, como guías de actuación, canales de consulta directa y acompañamiento técnico.
Prevenir no es frenar, es avanzar con garantías
El compromiso con la prevención no compite con la productividad. De hecho, empresas más seguras son empresas más eficientes, con menos interrupciones, menos bajas, mejor clima laboral y mayor fidelización del talento.
Los mandos intermedios son la bisagra entre la teoría y la acción. Cuando su implicación es real, la prevención deja de ser un papel… y se convierte en cultura.
Contacta con nuestro equipo técnico y actúa antes de que el riesgo sea irreversible.
La Salud es +
Autor: Jose Antonio Escudero, Comercial de OTP Almería

Impulsamos la prevención de riesgos laborales y ayudamos a fomentar el bienestar, la seguridad y salud de las personas en las organizaciones. #PRL #SST