
El peso de los trabajadores sénior va a aumentar en nuestra economía en los próximos 10 años según el informe del Observatorio de Demografía y Diversidad Generacional de la Fundación IE.
La fundación explica que 1 de cada 4 habitantes en España tendrá más de 65 años en 2031, por lo que la gestión de los profesionales seniors es clave para el futuro del empleo y muchas empresas ya lo saben, aunque pocas de ellas afrontan esta gestión desde una visión holística.
Según la encuesta, el 90% de las empresas no tiene un plan de actuación para sus trabajadores seniors y solo un 15% (las empresas de mayores ingresos y grandes plantillas) manifiesta tener planes de prejubilación para los empleados seniors.
¿Qué aporta un trabajador senior a la empresa?
Conocer bien a la plantilla de trabajadores, sus fortalezas y expectativas son la clave para una buena gestión de personas, lo que conlleva no perder el conocimiento y experiencia de los senior.
La experiencia no solo es un grado, es lo que marca la diferencia. Ayuda a conocer y entender los procesos internos, a saber gestionar situaciones de dificultad y a generar procesos y hábitos de trabajo.
La EPA (Encuesta de Población Activa) ha realizado una lista con seis de las características más importantes que un trabajador senior aporta a la empresa:
• Un buen estado de salud y lucidez mental.
• Una agenda de contactos abultada e interesante.
• Amplia experiencia en la gestión de éxitos y fracasos.
• Empatía, fruto de innumerables relaciones profesionales.
• Mantener las relaciones de confianza que ya tienen con los clientes.
• Mayor motivación, responsabilidad y compromiso con el trabajo, menor rotación, menos absentismo.
Por todo esto, cada vez son más las empresas interesadas en la gestión de sus empleados senior y el diseño de políticas y prácticas específicas.
Iniciativas y buenas prácticas para la gestión talento senior
La convivencia en el ámbito laboral de distintas generaciones es productivo y necesario. Los mejores equipos son diversos.
Por ello cada empresa debe realizar un plan de gestión adecuado a su plantilla y a las características de sus empleados. La fundación IE ha identificado una serie de bloques de buenas prácticas en este ámbito:
- Seguridad y salud laboral. Hay que diseñar medidas y acciones tanto de cuidado de la salud como de carácter preventivo para garantizar el bienestar físico y mental de los profesionales seniors para asegurar un mejor desempeño y menor absentismo.
-
Organización y entorno de trabajo. Hay que desarrollar iniciativas para adaptar los puestos al perfil de los profesionales.
-
Desarrollo profesional. Hay que impulsar el desarrollo profesional de los empleados mayores y evitar la obsolescencia de conocimiento.
-
Modelos flexibles de acceso a la jubilación. Hay que diseñar nuevas modalidades de trabajo flexible y compatible con la jubilación, así como acciones encaminadas a facilitar la transición a esta nueva etapa de la vida de las personas.
-
Preparación para la jubilación. Hay que concienciar a los profesionales sobre aspectos clave tras la jubilación: planificación financiera, salud, ocio, hobbies, relaciones sociales, tecnología.
-
Beneficios por edad. Reconocimiento de ventajas para el colectivo sénior, tanto durante el desarrollo de su actividad profesional como una vez hayan accedido a la jubilación.
- Sensibilización y reconocimiento de la aportación de valor de los profesionales sénior. Medidas orientadas a generar una actitud inclusiva hacia los mayores y puesta en valor de su aportación.
-
Reemplazo generacional y sucesión. Acciones encaminadas a facilitar el reemplazo generacional dentro de las organizaciones, asegurando un relevo ordenado de los profesionales.

Impulsamos la prevención de riesgos laborales y ayudamos a fomentar el bienestar, la seguridad y salud de las personas en las organizaciones. #PRL #SST