
Autora: Estíbaliz Casaiz, Técnica Superior en PRL en OTP Lleida
La prevención de riesgos laborales no solo implica eliminar los peligros visibles, sino también anticiparse a los escenarios de mayor vulnerabilidad. Uno de ellos son los trabajos en solitario, situaciones donde las personas trabajadoras desarrollan su actividad sin contacto directo con otras, lo que dificulta una respuesta rápida ante cualquier emergencia.
Según la NTP 344 del INSST (antes INSHT), se entiende por trabajo en solitario “aquellos que se realizan en soledad, sin otras personas que desarrollen su labor en el mismo recinto o sala. Por lo general, las personas que realizan estos trabajos no tienen contacto visual con otras personas y, a menudo, no pueden oír ni ser oídos sin el uso de mecanismos (teléfono, interfono, etc.)”.
¿Qué actividades se consideran trabajos en solitario?
Algunos ejemplos habituales incluyen:
- Trabajos en establecimientos fijos como gasolineras, kioscos o tiendas.
- Actividades realizadas fuera del horario habitual, como mantenimientos nocturnos.
- Conductores profesionales o personas que realizan desplazamientos continuos.
- Trabajos agrícolas o forestales en zonas alejadas.
- Servicios como repartidores, personal comercial, técnicos de mantenimiento, entre otros.
Estos escenarios plantean un desafío para la seguridad en el trabajo, ya que, ante una situación de emergencia —accidente, indisposición, caída— es posible que la empresa no tenga conocimiento de lo ocurrido, retrasando o impidiendo la llegada de ayuda.
Tecnología al servicio de la seguridad: dispositivos para trabajos en solitario
Afortunadamente, la tecnología ha avanzado significativamente en este ámbito. Existen múltiples dispositivos de protección activa especialmente diseñados para personas que trabajan solas. Entre ellos destacan:
- Smartwatches con detección de caídas y función de llamada automática a emergencias.
- Sistemas de geolocalización en tiempo real, que permiten conocer la ubicación de la persona trabajadora en todo momento.
- Dispositivos de hombre muerto, que detectan la inactividad prolongada y emiten una alerta.
- Aplicaciones móviles de seguridad laboral, conectadas a servicios externos o internos de respuesta rápida.
Estos sistemas permiten actuar con agilidad en caso de emergencia, mejorando notablemente la capacidad de respuesta y reduciendo los riesgos derivados de la atención tardía.
Una obligación preventiva
Las empresas que cuentan con personas trabajadoras en estas condiciones deben evaluar este riesgo dentro de su planificación preventiva. En este sentido, el artículo 15 de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales establece la necesidad de “adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual”, por lo que dotar a la plantilla de dispositivos que aseguren la comunicación y localización se convierte en una medida imprescindible.
Desde OTP recomendamos:
- Incluir los trabajos en solitario como un factor de riesgo específico en la evaluación de riesgos laborales.
- Establecer protocolos de comunicación periódica y supervisión.
- Dotar al personal con dispositivos adecuados y realizar formación específica sobre su uso.
- Revisar y actualizar los sistemas tecnológicos disponibles en el mercado para garantizar su eficacia.
Conclusión
En la cultura preventiva actual, la tecnología debe convertirse en aliada de la seguridad. Los dispositivos para trabajos en solitario no solo salvan vidas, sino que demuestran el compromiso real de la empresa con la protección de su equipo humano. Evaluar, dotar y formar: tres pasos clave para garantizar una respuesta rápida, eficaz y segura.
En OTP, trabajamos contigo para que ningún riesgo quede sin respuesta, incluso cuando se trabaja en soledad.
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