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La reciente elección del Papa León XIV (Robert Prevost) ha llamado la atención no solo por el nuevo rostro que llega al pontificado, sino por el profundo simbolismo del nombre que ha escogido. Al elegir el nombre León, el nuevo pontífice sigue los pasos de León XIII, autor de una de las encíclicas sociales más influyentes de la historia: Rerum Novarum (1891).
Que el nuevo Papa haya elegido el nombre de León XIV no es una casualidad. Es una declaración de principios. Una forma de decir que la Iglesia quiere continuar el camino de compromiso con la justicia social, el trabajo digno y la protección de los más vulnerables.
Más de un siglo después, los principios que inspiraron ese texto —la dignidad del trabajo, la justicia social y la condena de la explotación— siguen plenamente vigentes. Y tienen una aplicación directa en uno de los grandes pilares del bienestar laboral: la prevención de riesgos laborales.
Rerum Novarum: origen moral de la prevención
La encíclica de León XIII no hablaba aún de EPIs, protocolos ni evaluaciones de riesgos, pero sí sentaba las bases éticas de todo lo que hoy entendemos por seguridad y salud en el trabajo. Defendía con claridad que el trabajo no puede dañar al ser humano, que los empleadores tienen responsabilidades concretas, y que la vida de las personas trabajadoras está por encima del beneficio económico.
“Es injusto y deshonroso emplear a los hombres como se usan las cosas: sólo para sacar de ellos cuanto más se pueda.”
Esta afirmación, escrita en pleno auge de la Revolución Industrial, sigue describiendo muchas de las situaciones de riesgo y precariedad que se viven hoy. La prevención moderna nace también de este principio: evitar que el trabajo ponga en peligro la vida y la salud de las personas.
La defensa de la vida y la salud de las personas trabajadoras
“El trabajo no ha sido impuesto al hombre como un castigo, sino como medio para perfeccionar su ser.”
León XIII reconoce el valor del trabajo como parte de la vocación humana, pero también insiste en que debe ejercerse en condiciones dignas y seguras. La prevención, hoy, asume este principio asegurando que el trabajo no ponga en riesgo la salud física ni psíquica de las personas trabajadoras.
La responsabilidad del empleador
“No es justo ni humano exigir al hombre más trabajo del que sus fuerzas permiten o de un género tal que no pueda soportarlo.”
Esta afirmación encaja con uno de los pilares de la PRL: la obligación legal y ética de las empresas de proteger a quienes emplean, mediante la evaluación de riesgos, la adopción de medidas técnicas y organizativas y la entrega de EPIs cuando sea necesario.
La colaboración entre personas trabajadores, empleadoras y Estado
“El remedio ha de encontrarse en la cooperación de las clases entre sí.”
Hoy lo llamamos cultura preventiva. La PRL no es solo un cumplimiento normativo: es un esfuerzo compartido entre empresas, personas trabajadoras, administraciones públicas y servicios de prevención. La encíclica anticipa esta visión de colaboración como vía para mejorar la condición laboral.
Condena de la explotación y defensa de condiciones dignas
“Es injusto y deshonroso emplear a los hombres como se usan las cosas: sólo para sacar de ellos cuanto más se pueda.”
Este pasaje es una denuncia explícita de la explotación: cuando se trata a las personas como instrumentos productivos sin respeto por su salud, dignidad o derechos. En términos actuales, eso incluye exponerlas a riesgos innecesarios, no garantizar descansos adecuados, no formarles para trabajar con seguridad o forzarlas a ritmos que sobrepasan sus límites físicos y mentales.
En ese marco, la prevención de riesgos laborales no es solo una obligación legal o técnica: es una expresión concreta de responsabilidad moral, de respeto por la vida y de dignidad humana en el trabajo. La prevención de riesgos laborales es una herramienta moderna contra la explotación, porque:
- Establece límites legales para proteger la integridad física y mental.
- Obliga a evaluar los riesgos antes de exponer a alguien a ellos.
- Reconoce el derecho a trabajar sin poner en riesgo la salud o la vida.
- Da voz a las personas trabajadoras a través de la participación en la seguridad (delegados/as de prevención, comités, etc.).
En OTP trabajamos con principios que también son éticos y creemos que la seguridad laboral no es un trámite. Es un compromiso con la vida, con el bienestar y con el respeto a las personas. Cada evaluación de riesgos, cada formación, cada plan preventivo que aplicamos responde a esa convicción.
Proteger no es solo cumplir. Es reconocer el valor de cada persona trabajadora. Es construir empresas más humanas, más justas y responsables.
La Salud es +

Impulsamos la prevención de riesgos laborales y ayudamos a fomentar el bienestar, la seguridad y salud de las personas en las organizaciones. #PRL #SST