
El trabajo de hogar abarca fundamentalmente dos grandes tipos de tareas: las relacionadas con el mantenimiento de la casa (todas las necesarias para la limpieza de casa, ropa y cocina en sentido amplio) y las relacionadas con el cuidado de personas (menores, mayores, enfermas y/o dependientes), pero además pueden ser requeridas otras tareas que componen un abanico enorme y complejo con diferentes grados de intensidad y, en ocasiones, simultaneidad. Por tanto, no es adecuado subestimar los riesgos que existen en el hogar, ya que se pueden ocasionar accidentes y daños importantes para la salud. Hay que tener en cuenta que las personas trabajadoras del servicio del hogar familiar realizan gran variedad de tareas. Y es, en esas actividades cotidianas, en las que se pueden presentar riesgos potenciales para la seguridad y la salud de dichas personas.