
Las mujeres, principales víctimas de estos episodios violentos
-Insultos amenazas y vejaciones en el día a día de los sanitarios, según un estudio de CSIF sobre más de 5.000 trabajadores
-La mitad de las agresiones no se denuncian por falta de apoyo de la Administración y por temor a futuras represalias
16 de Julio de 2019
Ocho de cada diez profesionales sanitarios han sufrido algún tipo de agresión física o verbal en los últimos 5 años, según un estudio de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones púbicas y con presencia creciente en el sector privado, tras encuestar a 5.127 trabajadores de todo el país (enfermeras, médicos, auxiliares de enfermería, personal administrativo, técnicos de emergencias y de gestión y servicios).
Respecto al tipo de agresiones, la inmensa mayoría, hasta un 70,3% son de tipo verbal, (amenazas, insultos y vejaciones) y un 10,6% son físicas. Las cifras confirman la gravedad de la situación, ya que casi un 20% de los trabajadores denuncian que no hay ninguna medida de seguridad en su centro de trabajo para combatir este tipo de situaciones, que marcan su día a día.
Este tipo de situaciones tienen consecuencias en la salud laboral de los afectados. Según los datos del estudio, hasta un 12 por ciento que sufrieron agresiones precisaron de apoyo psicológico, un 7 por ciento tuvo que acogerse a una baja laboral, y un 5 por ciento sufrió lesiones físicas.
Los datos del estudio son también preocupantes en materia de seguridad, ya que casi la mitad de los profesionales afirman que han sido sus propios compañeros quienes han intervenido en su defensa cuando han vivido un episodio violento porque no cuentan con medidas concretas ni con la formación especializada para afrontarlo.
Además, revela que las mujeres son las principales víctimas de estas situaciones violentas no solo por su mayor presencia en el sector sanitario, sino también porque son más vulnerables a este tipo de conductas agresivas. Son los propios pacientes y sus familiares, en la mayoría de los casos hombres, quienes llevan a cabo las agresiones.
La situación es también alarmante en lo relativo a las denuncias, ya que un 49,6% de los profesionales encuestados para el estudio (de marzo a mayo de este año) reconoce que pese a sufrir agresiones nunca han llegado a formalizarlas. Desde CSIF, consideramos que esto se debe fundamentalmente al temor a represalias y a la falta de apoyo y seguridad por parte de la Administración.
Los datos del estudio reflejan, asimismo, que un 69% de los profesionales admite que desconoce el funcionamiento de un protocolo de agresiones de su centro de trabajo y un 75,5% nunca ha recibido ningún tipo de formación sobre el manejo de situaciones conflictivas. Tras la agresión, un 79% de los trabajadores encuestados no recibió ningún tipo de respaldo o apoyo psicológico por parte de la Administración.
A todo ello se suma el desconocimiento de AlertCops, una app puesta en marcha por el Ministerio del Interior que permite alertar a la policía de una situación de conflicto, pero que, sin embargo, desconocen un 91,2% de los profesionales participantes en el estudio.
Ante esta situación, CSIF exige:
- Reforzar la seguridad en todos los centros sanitarios (protocolos contra agresiones, mayor presencia policial, cámaras de vigilancia, botones del pánico, actuaciones de prevención y medidas de autoprotección para los trabajadores).
- Ficha nacional de comunicación de agresiones que incluya las medidas posteriores a la agresión como la denuncia, la baja laboral y el apoyo psicológico.
- Acompañamiento al profesional durante la denuncia y el proceso judicial. Apoyo psicológico a las profesionales víctimas de agresiones.
- Aplicación de medidas organizativas ante la escasez de tiempo en consulta y la sobrecarga asistencial, ya que son las principales causas de las agresiones.
- Endurecer las sanciones ante la reincidencia de agresiones de usuarios y pacientes
- Mayor formación entre los profesionales para desarrollar habilidades comunicativas y sociales para prevenir y afrontar situaciones de hostilidad.