
Whatsap, YouTube, Facebook, Twitter, la bandeja de correro, la aplicación GPS… Vivimos conectados, caminamos conectados. Según revela un nuevo estudio las personas que utilizan estas aplicaciones de forma habitual mientras caminan han adquirido un patrón de movimiento especial para protegerse de accidentes. Esta conducta, sin embargo, puede tener efectos perniciosos para la salud.
Un estudio publicado por la revista científica Plos One determina que las personas que caminan mirando las pantallas de su smartphone «acortan la longitud de paso, reducen la frecuencia del mismo, alargan el tiempo durante el cual ambos pies están en contacto con el suelo y son capaces de franquear obstáculos» de manera subconsciente, aseguran los investigadores; modifican su andar para compensar la distracción. El estudio se basó en la participación de treinta participantes de entre 18 y 50 años. La prueba consistía en caminar alrededor de un circuito de obstáculos especialmente diseñado.
Los investigadores aseguran que este hábito esta produciendo que adoptemos una postura corporal más encorvada que puede llegar a causar falta de equilibrio además de un perdida mayor de tiempo y un aumento de la probabilidad de accidentes.

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